domingo, 16 de marzo de 2008

Seguro obligatorio de vehiculos en RDC

Hace 5 meses, el vehículo de la organización humanitaria con la que trabajo tuvo un accidente ocasionado por otro vehículo perteneciente a una compañía de seguridad privada. El “segurata” circulaba a toda velocidad con la sirena emitiendo luces y sonidos variopintos como en las películas de acción. Como NO son policías, la sirena no le exime de culpa: Se saltó escandalosamente un ceda al paso y se nos echo encima provocando un choque frontal. El “segurata” reconoció su culpa y cumplimentamos el formulario de la declaración amistosa de accidente.

Tras el accidente, todo el morro de nuestro Land Cruiser sufrió una torsión muy fea que afectó también a la barra estabilizadora… Finalmente, el chasis no se torció, pero el radiador quedo echo polvo, así como focos, rejilla, parachoques, etc.
Como necesitábamos nuestro único vehículo para trabajar, acordamos con el seguro que repararíamos inmediatamente la chapuza y el seguro cubriría los gastos mas tarde tras la burocracia pertinente. Así pues, pagamos religiosamente al garaje una factura de 1.500 $.

Otras ONG’s en Congo, en caso de accidente, pagan directamente a los perjudicados aduciendo que en Congo las compañías de seguros no pagan nunca. Sin embargo es obligatorio circular con el seguro en regla y resulta que las únicas compañías aseguradoras son empresas públicas nacionales.

El proceso de recibir el reembolso de la compañía aseguradora ha sido largo, tedioso y a veces surrealista, épico, desternillante y desesperante: Sobre todo desesperante!

El primer obstáculo fue conseguir que el vehículo que ocasiono el accidente realizase efectivamente la declaración en la compañía aseguradora. Parece ser que los vehículos de esa compañía de seguridad acostumbran a circular como en las películas y tienen muchos accidentes. Por esta razón la compañía aseguradora les sube cada año la póliza, así que si pueden evitar hacer la declaración se ahorran el aumento correspondiente en la póliza por cliente temerario.

El director de la Cia. de Seguridad (un ex militar belga retirado que seguro fue filibustero y negrero en otra vida anterior) nos ha dado esquinazo, papeles falsos e inenarrables explicaciones para evitar hacer la declaración. A nuestros colaboradores locales congoleses ni siquiera les abrían la puerta… A mi no me respondían el teléfono, y no había forma de contactar con el filibustero, pero no cesamos en un Inconturnable Pressing Total: Nuestra secretaria tenia instrucciones de no parar de llamar hasta que comprendiesen que les estábamos bloqueando la línea y no dejaríamos de bloquearla hasta obtener respuesta. Al final, fue necesario que el blanquito se personase varios días consecutivos en su oficina para conseguir el papelito debidamente sellado y firmado.

Una vez que la declaración estuvo en orden, presentada y debidamente registrada en el seguro, nuestro segundo obstáculo para cobrar la reparación ha sido la misma compañía aseguradora. Nos han mareado con una letanía interminable de excusas y dificultades: falta un sello en la declaración, la factura no esta firmada por el mecánico, en la declaración no esta precisado el número de chasis del vehículo contrario, etc. A lo cual hay que sumar el consabido “Vuelva Vd. mañana, Llámeme la semana que viene, Mande a alguien el miércoles, Se ha perdido el dossier, Tráigame una copia de todo, etc.”

En fin pura perseverancia, constancia y sobre todo mucha fe.

Finalmente el dossier parece que es visado por el ingeniero evaluador y recibe la aprobación, pero al día siguiente me dicen que SOLO falta la firma de autorización del gran jefe de Kinshasa… Cuestión de días, me aseguran, que se torna peligrosamente en semanas…

Mis colaboradores, hombres de poca fe, me dan charlas sobre la idiosincrasia congolesa; me explican que para hacer avanzar el dossier tengo que ofrecerle al “chargé de pouvoir” una comisión en la indemnización que nos corresponde. (Vamos: La Mordida!) Dicen que en la compañía aseguradora, empresa nacional de seguros, los sueldos son muy bajos, así que hay que motivar a los funcionarios con una gratificación para que avancen las cosas…
Desde mi punto de vista, está fuera de cuestión que una ONG siga ese juego de corruptelas, sobornos y mangoneos. Así que mis colaboradores se descojonan de mis chorradas de blanquito…
Mi amigo Lorenzo Del Amo me enseñó que en Africa TODO se arregla con TIEMPO o con DINERO. Así que como el dinero me falta y el tiempo me sobra, vamos a seguir intentándolo con lo del tiempo…

Para ganar un poco de tiempo ( tampoco me sobra tanto!) decido volver a hablar con un directivo de la compañía de seguros que conozco desde hace tiempo. Este señor es buena gente y fue él quien me puso en manos del “chargé de pouvoir”; siempre me ha recibido atentamente en su despacho enmoquetado y me tiene bastante simpatía. Tanta simpatía que hace tiempo quiso emparentarme con una sobrina suya! Oiga jefe que yo ya estoy casado!
Total, que mi amigo me pide los detalles del dossier y me llama al cabo de unos días para decirme que ya puedo ir a por mi cheque.

Sin mucha confianza me dirijo al despacho del “chargé de pouvoir” que me recibe con una gran sonrisa diciéndome “Monsieur Bruno, es cuestión de minutos.” Bueno, pues parece que efectivamente hoy va a ser mi día! Solo que la cuestión de minutos se convirtió en una cuestión de horas…
“Metez vous” me dice mientras me indica la silla que me asigna en la sala de espera.
Súbitamente el Inspector Jefe de la Policía llega con su sequito de escoltas acompañando a un tipo escayolado y el careto con costra de tremendo morder el polvo: Parece ser que es un motorista municipal que hace una semana sufrió un accidente con la moto oficial… Traen sillas de un despacho contiguo pero no les da tiempo a calentarlas pues inmediatamente pasan todos al despacho del que reparte los cheques. “Joder! Se me han colado!” Pero claro, no le voy a decir al inspector jefe de la policía que se ponga a la cola!

Sigo esperando mientras evalúo el potencial de colarse del resto de la gente con la que comparto la sala de espera: Un señor con pinta de dandi resulta ser un procurador importantísimo de la corte de Lubumbashi. Otro negro inmenso, elegantemente vestido con un traje de lino blanco y cargao de “colorao” (oro) se afana en llamar con el móvil de ultima generación al chofer para que vaya a buscar a su hijo al cole. Son, a priori, mis principales contrincantes en la espera.

Finalmente me hacen pasar a mí primero al despacho de las finanzas. Por el pasillo me acompaña el responsable de Marketing que me pide permiso para hacerme una entrevista con la prensa, radio y televisión pues me explica que están haciendo una campaña de marketing y tal y tal… “Pas Probleme, Patron! Si me dais el cheque hoy, os doy la charla que haga falta…”

Mientras el jefe de finanzas comprueba mi identidad y prepara los documentos a firmar de mi dossier, tres “cameraman” de la tele comienzan a filmarme. Pero cuando me dan el cheque a firmar compruebo que faltan 210 $ de los 1.500 $ que me tenían que dar. “ La mordida oficial !” -me digo- “Me cago en to´ lo que se mueve! Pues aquí el blanquito no firma! Que venga inmediatamente el “chargé de pouvoir”!
Los de la tele alucinados… y mientras llega el tipo, me digo a mi mismo como Woody Allen: “Niño, coge el dinero y corre!” Así que cuando llega sofocado el “chargé de pouvoir” le dejo que me dé sus explicaciones y le pido el bic para firmar lo que sea como un bendito.

Y después del numerito, me hacen la entrevista posando con el cheque en la mano delante de las cámaras. Vacilo con el de Marketing preguntándole si puedo narrar mis aventuras durante los 5 meses para cobrar el cheque y me pone cara de circunstancia, pero el blanquito es todo un crack delante de las cámaras y les hago un discurso súper-pintón. Solo me faltó acabar cantando eso del “Pulgarcito”:
“…¡¡ Que demasiaó!! D´esta - me sacan ´n - televisión !!!”

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domingo, 9 de marzo de 2008

agua y saneamiento

Actualmente, la organización con la que trabajo está presente en las dos ciudades más importantes del Congo. En Kinshasa, en concreto, estamos realizando un proyecto de seguridad alimentaria: Un proyecto agrícola que básicamente se dedica a promover mejores técnicas de cultivos y organizar a los agricultores en cooperativas de comercialización.

La otra gran ciudad del Congo es Lubumbashi. Con un millón y medio de habitantes es el motor económico de la provincia de Katanga, rica en minerales y actividad minera. Aquí trabajamos en “la Ruashi” un barrio periférico que cuenta con 180.000 habitantes. En este barrio estamos realizando tres actividades: Construcción de 30 pozos, construcción de 4 letrinas públicas y rehabilitación de 20 escuelas.

Esencialmente, se trata de un proyecto de Agua y Saneamiento ya que, incluso en las escuelas, el trabajo principal que hacemos es construcción de letrinas y de pozos. Junto a las actividades meramente constructivas, necesariamente han de realizarse actividades de sensibilización de la población sobre prácticas de higiene, la gestión de los puntos de agua, el mantenimiento de las bombas, la limpieza de las letrinas, etc.

La importancia de este tipo de proyectos en una provincia como Katanga es esencial. El cólera es una enfermedad endémica en esta región: es decir, el virus del cólera vive permanentemente en las aguas de muchos ríos y lagos de la región. Es una enfermedad de transmisión feco-oral, es decir las manos contaminadas por las heces son las principales transmisoras. La mejor forma de combatir el Cólera es la prevención. En la prevención, los dos pilares esenciales son las fuentes de aprovisionamiento de agua potable y la correcta eliminación de excretas. La construcción de pozos y letrinas ha sido ampliamente demostrada como la mejor herramienta para la disminución de casos de contagio de cólera.

En África, la labor de aprovisionarse de agua es un trabajo de mujeres y niñas. Y las distancias entre el punto de agua y los hogares son determinantes para que las niñas puedan ir o no a la escuela. En nuestro proyecto intentamos que la distribución de los puntos de agua sea homogénea para facilitar el acceso al agua a toda la población y el acceso al cole de las niñas.

La estrategia que tenemos en el Congo apunta a la continuación de los programas de agua y saneamiento. Este tipo de programas encaja perfectamente con las prioridades determinadas por el gobierno del país, con los Objetivos de Desarrollo del Milenio determinados por Naciones Unidas, con las líneas de financiación de los grandes donadores de la comunidad humanitaria, con las prioridades de la Agencia Española de Cooperación Internacional y de Desarrollo que financia nuestro proyecto y, lo que es más importante, con las necesidades reales de la población.

En estos momentos, estamos diseñando una nueva intervención en un barrio periférico de Kinshasa, ‘Camp Luka’, que cuenta con 400.000 habitantes. Este proyecto tendrá como objetivo la reparación de la red de suministro de agua pública y la construcción de pozos para asegurar el aprovisionamiento allá donde no llegan las tuberías publicas. También se contempla la construcción de letrinas familiares y la canalización de las aguas de lluvia para evitar inundaciones y la erosión del terreno.

Nuestro objetivo para la continuación de actividades en Lubumbashi (y su necesaria extensión al resto de la provincia de Katanga) pasa por el refuerzo de las capacidades de nuestra contraparte local en la prevención de epidemias de cólera. En este sentido ya estamos trabajando en la constitución de un grupo de voluntarios que sean profesionales de la salud listos para intervenir auxiliando al Ministerio de la Salud y a otras organizaciones humanitarias en la gestión de los Centros de Tratamiento de Cólera. La prevención es y será la clave de la intervención en este sector.

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