Farmacia de barrio ( ni licenciada ni titulada)

El viernes pasado se puso enfermo con malaria nuestro chofer Jean. Le lleve a su casa mientras sudaba la gota gorda y sufria tremendos escalofrios. Me pidio que le dejase a la entrada del barrio pues no queria que todos los vecinos viesen al Mzungu llevandole en coche; despidiendose me dijo que se ocuparia de su tratamiento un “enfermero” del barrio amigo suyo.

Esta semana Jean ha regresado a la oficina y me he interesado por su estado y de paso por el tratamiento que ha recibido. Yo no soy medico ni enfermero, pero a fuerza de pasar años en África rodeado de medicos, creo que puedo presumir de un sentido común medical bastante acertado para las enfermedades corrientes.

Me ha escandalizado muchísimo el tratamiento que le han dado a Jean. Me parece una barbaridad y asi me lo han corroborado los medicos y enfermeros que he consultado de otras organizaciones medicales. Jean esta ya sano, pero el enfermero "sacaperras" de su barrio sigue dandole inyecciones de artemeter y pretende continuar durante una semana mas.. Además del artemeter, también le han puesto en perfusión quinina… y paracetamol, y…. no se cuantos rollos mas. Todo por sacarle la pasta.

Acostumbrado a trabajar con organizaciones medicales, ahora que no es el caso, me cuesta aceptar esta realidad cotidiana. Antes, cuando trabajaba con organizaciones medicales, los empleados gozaban de una cobertura medical muy lejana de la realidad africana: Un medico de categoria examina mas o menos correctamente al paciente y le receta medicamentos tambien de categoria. Pero eso es muy poco frecuente en estos pagos.



En los barrios de las ciudades y los pueblos africanos, crecen como champiñones inaprensivos paramedicales que contando con una farmacia ( uno de los mejores negocietes que se puede tener) se erigen por el mero hecho de tener unos cuantos medicamentos en el mostrador, en doctores honoris causa que prescriben a sus fieles parroquianos medicamentos y tratamientos a troche y moche. Se receta el medicamento en funcion de la disponibilidad del medicamento y no en funcion de su necesidad. Si tengo antibioticos, doy antibioticos ... aunque solamente te duela la cabeza!



A veces medicamentos caducados , a veces sin ningun control de calidad, los pacientes ni siquiera saben muchas veces lo que les han recetado: Una inyeccion, unas pastillas rosas... es todo lo que los enfermos controlan de su tratamiento! No se completan los tratamientos y en la mayoria de los casos ni siquiera es adecuado para la enfermedad. La estrella del tratamiento es la perfusion y el enfermo muestra orgullosamente la via que le han cogido en la vena para solicitar apoyo financiero a sus familiares, amigos , empleadores...



Recuerdo a un amigo que trabajando benevolamente en un hospital religioso tuvo una gran discusion con el director del hospital por no recetar sufientemente. Mi amigo recetaba convenientemente, sus tratamientos eran acertados, pero el hospital tenia que vender medicamentos en la farmacia del hospital para poder pagar sueldos... y mi amigo no recetaba muchos medicamentos.


Y es que la salud del paciente no importa mucho. Lo importante es hacer caja. Por eso Jean no queria que en el barrio me viesen con él: Todo el mundo sabría que si trabaja con la ONG del Mzungu, ganara buen dinero y las viboras de su barrio le vaciaran los bolsillos de una forma u otra.




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